Desde el 2007, Karla reside en la ciudad de Shenzhen, China. Allí formó su familia y desarrolló su carrera en el campo de la educación. Su fascinación por la cultura y gusto por la comunicación la llevaron a compartir su vida en redes sociales, teniendo una acogida muy positiva en sus seguidores interesados en cultura y vida en el exterior.
Es una mujer apasionada por el desarrollo personal, como madre, esposa y educadora; es un ejemplo vivo de la importancia de creer en uno mismo.
Guiada por un espíritu soñador, Karla se ha destacado como una influyente promotora de cultura y educación temprana, motivando a perseguir ideales con pasión. Ella cree firmemente en la belleza de la versatilidad, una filosofía que se alinea con los valores de Le Soleil.